Rafael Michel
15 de junio de 2025. Baja California. (6:30hrs),- Hoy es un día muy especial, para todos aquellos que aun cuentan con su padre, por ello es necesario reflexionar y decirle cuanto lo quieren y le agradecen todo lo que a hecho por sus hijos y la familia.
He aquí una pequeña poesía:
En la sombra de su voz firme,
donde el tiempo no se detiene,
camina un héroe de gestos suaves,
su amor, un faro que nunca muere.
Se preocupa, su corazón late
por cada paso que doy en la vida,
y en sus ojos brilla la esperanza,
cual estrella que nunca se olvida.
Se ocupa de mis sueños, mis miedos,
con manos fuertes que saben guiar,
teje con hilos de dulces recuerdos
puentes de amor que no dejan de amar.
Nos enseña con historias y risas,
con lecciones disimuladas en el día,
sus palabras son refugio y abrigo,
la sabiduría vital que nos guía.
Nos protege con su sombra eterna,
un escudo en medio de tormentas,
y en cada abrazo, el mundo se calma,
su abrazo, la paz que siempre alienta.
Es mi gran ejemplo, mi norte, mi faro,
el pilar donde hallo mi verdad,
sin su luz, mi sendero sería oscuro,
su legado, un canto de eternidad.
A ti, padre, que siempre estás allí,
te llevo en el pecho, en cada latido,
gracias por ser mi razón y mi guía,
mi gran padre, mi amor inmedido.
Pero también, hay padres irreponsables,
Desobligados…
En la sala resuena su risa,
un eco, un disfraz de autoridad,
papá, el rey en su trono de prisa,
culto a la sombra, a la obscuridad.
Sus palabras, balas que atraviesan,
descarado el arte de manipular,
en su mirada, las dudas se pesan,
con un gesto burla el amar.
La casa, un refugio de doble filo,
donde el amor se torna en desafiar,
la violencia se agita como un hilo
que teje el miedo en un sopor, en un mar.
“Eres mi sangre”, susurra su voz,
pero el eco cruje, revela el temor,
la capacidad del ser víctima feroz,
y su abrazo, un estrangulador.
A veces, en la noche estrellada,
un niño espera que todo cambie,
pero el sueño se quiebra, la vida es helada,
mientras papá sigue con su baile.
Y en el laberinto de su personalidad,
donde la paz es un sueño fugaz,
aprendo a nombrar mi propia verdad,
a romper las cadenas, a hallar la paz.
Con cada paso, el miedo se disuelve,
reconozco el dolor, lo llevo en la piel,
en este hogar donde la vida se envuelve,
encuentro el poder, y aprendo a ser fiel.
Papá, sombra y luz en mi historia,
no seré tu víctima, seré mi canción,
canto al amor, a la memoria,
un canto de libertad, mi redención.