Beethoven ¡sigue vivo!

 A 254 años de su nacimiento….

  • Composotor de música clásica y Diciembre, mes de celebración.
  • Genio y figura                                                                                               .
  • Oda a la Alegria.
  • La cirrosis causa de su muerte.
  • Nació en 1770. Murió en 1827

Rafael 

17 de Diciembre de 2024. Baja California,- El legado del alemán, Ludwig van Beethoven, se escucha en todas las instituciones públicas, privadas y en los hogares –que saben de música-. En este 2024, año en que aún no nos reponemos al cien por ciento de la pandemia -que sorprendió al mundo entero y que generó confinamiento e incertidumbre-, se conmemora el 254 aniversario del nacimiento de uno de los músicos más destacados de la historia. Nació aquel 16 de diciembre de 1770. Fueron pocas las celebraciones allá en Alemania y aquí en México, igual.

El Doctor Enrique Méndez Álvarez, Director General del su Diario Baja California, nos comentó que este genio de la música había cumplido un aniversario más de su natalicio, comentándonos datos importantes sobre este talento de la armonía.

Indudablemente, no es justo que los melómanos nos abstengamos de celebrar el legado de Beethoven y nos dado tiempo para la reflexión, la introspección y la evaluación de lo que somos y hacemos. El compositor de la Oda a la alegría, la melodía más hermosa que ha unido a los hombres como hermanos por más de 253 años, fue creada en condiciones de aislamiento, de un absoluto silencio interior del artista, causada no por una pandemia, sino por su enfermedad auditiva. ¿Es justo que este gran músico nunca haya podido oír su trascendental opus 125? Todos estaríamos de acuerdo en que no. Sin embargo, es bastante probable que el factor adverso de la enfermedad y el aislamiento, asociados al compromiso con su música, ideales y con la humanidad, contribuyeron para que Ludwig van Beethoven fuera el artista de referencia en su tiempo y el compositor en el silencio de la música más poderosa y hermosa que se haya creado.

Ludwig van Beethoven (1770-1827) fue un compositor alemán de música clásica y romántica, y es considerado como uno de los mejores músicos de la historia. Famoso sobre todo por sus nueve sinfonías, conciertos para piano, sonatas para piano y cuartetos de cuerda, Beethoven fue un gran innovador y muy probablemente el compositor más influyente de la historia de la músicacnne 1365541 investigan vida familiar de ludwing van beethoven

Beethoven fue un compositor alemán considerado el mejor que jamás haya existido, asegura la Enciclopedia Britannica. Nació en el seno de una familia de músicos y, de acuerdo con la Asociación Beethoven-Haus Bonn (fundada en 1889 con el objetivo de preservar su obra y patrimonio), su primera aparición pública como pianista fue en 1778 en la ciudad alemana de Colonia.

El músico recibió influencias de otros artistas como Wolfgang Amadeus Mozart y Joseph Haydn y compuso música en el período de transición entre la época clásica y la romántica.

La música de Ludwig van Beethoven es escuchada en todo el mundo por músicos y oyentes. Beethoven es considerado uno de los compositores más importantes de la historia de la música y su influencia se extiende hasta la actualidad.

Beethoven fue un compositor, director de orquesta, pianista y profesor de piano alemán. Su legado musical abarca desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo.

Algunas de sus obras más famosas son:

Las sinfonías, especialmente la Novena Sinfonía, que incluye la famosa “Oda a la Alegría”

Las oberturas

Los cuartetos, tríos y sonatas

La misa y el oratorio Cristo en el Monte de los Olivos

Ludwig van Beethoven nació en Bonn (Alemania) el 16 de diciembre de 1770. Su abuelo era el director de música (Kapellmeister) del arzobispo elector de Colonia en Bonn y su padre, Johann van Beethoven (1740-1792), trabajaba en la misma corte como instrumentista y cantante tenor. La madre de Ludwig era jefa de cocina en el palacio. Ludwig solo tuvo otros dos hermanos supervivientes, Caspar Anton Carl (nacido en 1774) y Nikolaus Johann (nacido en 1776). El padre de Ludwig tenía mucho interés en que su hijo desarrollara sus evidentes dotes musicales, pero se excedió de tal manera que su hijo mayor pasaba tanto tiempo practicando con el piano que no le quedaba mucho tiempo para todas las demás cosas que los niños necesitan aprender para convertirse en adultos funcionales. Johann era violento y alcohólico, así que no se podía hacer mucho contra sus deseos.

Beethoven no nació sordo. Sus primeros síntomas se manifestaron alrededor del año 1800. Es decir, cuando tenía 30 años aproximadamente. Al principio, señala la Enciclopedia, manifestaba oír zumbidos y pitidos en los oídos. Tiempo después, comentó que de lejos no lograba escuchar las notas agudas de los instrumentos ni las voces de los cantantes. Su sordera no fue total hasta 1819.

A través de una narrativa musical sobre la sordera de Beethoven disponible en el sitio web de la Asociación Beethoven-Haus Bonn es posible conocer cómo la dificultad para oír fue afectando al músico.

Según ese documento, incluso en el primer periodo de su enfermedad Beethoven habría escuchado su música con algunas restricciones como consecuencia de que tenía tinnitus, un zumbido constante en los oídos. Además, padecía hiperacusia, es decir, una sensibilidad poco común a ciertos sonidos que habría afectado su percepción.

Como consecuencia del malestar, Beethoven consultó a diversos profesionales y probó varias terapias que no dieron resultado contra el trastorno auditivo. De acuerdo al escrito, alrededor de 1814 o 1815 estaba prácticamente sordo del oído derecho.

La educación musical de Ludwig continuó en la corte de Colonia a partir de 1779 bajo la tutoría del organista y compositor Christian Neefe (1748-1798). Ludwig logró una gran impresión, y fue nombrado organista asistente de la corte en 1781, y al año siguiente, clavecinista de la orquesta de la corte. Los trabajos de Ludwig, que ya componía sus propias piezas, fueron catalogados por su maestro y en 1782 se publicó un conjunto de variaciones para teclado. En 1783 se publicaron tres de sus sonatas para piano. Ludwig dedicó sus sonatas al Elector, y aunque murió ese mismo año, el siguiente Elector consideró oportuno mantenerle en la orquesta de la corte.

Beethoven era «corpulento, moreno, con una cara fea, roja y llena de marcas de viruela, y de modales bastante groseros» (Wade-Matthews, 333). El historiador musical C. Schonberg ofrece una imagen aún más sombría del compositor.

Según la historia se dice que nunca fue una belleza –es decir. No fue guapillo-, en su juventud le llamaban “Der Spagnol” (el español) por su color moreno. Era bajito, de 1,70 m, grueso y ancho, con una cabeza enorme, una frondosa cabellera, dientes prominentes, una nariz pequeña y redondeada y la costumbre de escupir donde le daba la gana. Era torpe y todo lo que tocaba corría el riesgo de estropearse o romperse... Era huraño y desconfiado, susceptible como una cobra misántropa, creía que todo el mundo quería engañarle, no tenía ninguna gracia social, era olvidadizo, propenso a los ataques de ira y tenía algunos tratos poco éticos con sus editores. Soltero, vivía en un entorno indescriptiblemente desordenado, en gran parte porque ningún criado podía aguantar sus rabietas.

Al igual que su padre, a Beethoven le resultaba difícil resistirse al alcohol. Su gran pasión, además de la música, era la naturaleza. Como escribió en una carta la condesa Therese von Brunsvik: «Le encantaba estar a solas con la naturaleza, hacer de ella su única confidente» (Osborne). El propio Beethoven dijo una vez: «Quiero más a un árbol que a un hombre» (ibid); incluso una vez se negó a alquilar una casa cuando vio que no había árboles en los alrededores.

En 1787, Ludwig estaba listo para viajar a Viena, donde recibió clases de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791). Sin embargo, cuando su madre enfermó, se vio obligado a regresar a casa tras solo dos semanas. Por desgracia, Ludwig no consiguió regresar a Bonn antes de que su madre muriera, probablemente de tuberculosis. En 1789, Johann van Beethoven se había sumido en el alcoholismo y la tristeza, por lo que Ludwig se vio obligado a asumir la responsabilidad de los asuntos de su familia, lo que incluía controlar la mitad del salario de su padre. Una segunda oportunidad de aprender de un maestro llegó en 1792, cuando obtuvo un permiso para estudiar con Joseph Haydn (1732-1809), que también se encontraba en Viena. Tanto la música de Mozart como la de Haydn influyeron en Beethoven en la primera etapa de su carrera como compositor, al igual que la orientación de otro maestro, Johann Georg Albrechtsberger (1736-1809), sobre todo en lo referente al contrapunto.

A través del Testamento de Heiligenstadt, una carta de despedida escrita en 1802 para sus hermanos Karl y Johann, Beethoven confesó que la pérdida de audición, que hasta entonces había mantenido en secreto, le había impedido unirse a otras personas, haciéndolo solitario e infeliz.

No obstante, la discapacidad auditiva no fue un impedimento para este músico, dado que algunas de sus obras más importantes fueron compuestas estando parcial o totalmente sordo, señala la Enciclopedia. De hecho, es probable que nunca escuchara una sola nota de su obra magna, la sinfonía número 9 en re menor.

Según finaliza el escrito de la Asociación, a pesar de la dificultad para escuchar, Beethoven se sintió inspirado para escribir más y más obras nuevas hasta el final de su vida. Quería que a la novena sinfonía le siguiera una décima. Alcanzó a escribir 48 compases antes de morir, que posteriormente fueron publicados como El último pensamiento musical de Beethoven en una versión para piano.

La causa de muerte de Beethoven fue probablemente una insuficiencia hepática aguda crónica. Este síndrome se caracteriza por descompensación aguda manifestada por ascitis, encefalopatía hepática, alteraciones de la coagulación, infección bacteriana, falla multiorgánica y mortalidad elevada a corto plazo en pacientes con cirrosis hepática subyacente10. A pesar de que el 40% de los pacientes no tiene un factor precipitante reconocible, el caso de Beethoven puede atribuirse a un proceso infeccioso por la fístula ascítica y la peritonitis secundaria, hepatitis alcohólica grave o disfunción circulatoria después de la paracentesis. El consumo de alcohol parece ser la causa más probable de la cirrosis hepática de Beethoven, a pesar de la apariencia macronodular descrita en la necropsia. Aunque este hallazgo contrasta con la cirrosis micronodular de Laennec descrita en pacientes con cirrosis hepática por alcohol, otros diagnósticos que se han propuesto para explicar la cirrosis hepática son la hemocromatosis y la enfermedad hepática autoinmune con colangitis esclerosante primaria asociada a una probable enfermedad inflamatoria intestinal idiopática, sin embargo, no hay evidencia suficiente que los confirme.

El 27 de marzo, Anselm Hüttenbrenner11, compositor y amigo, relató los últimos momentos de Beethoven de la siguiente manera:

«Permaneció tumbado, sin conocimiento, desde las 3 de la tarde hasta las 5 pasadas. De repente hubo un relámpago, acompañado de un violento trueno, y la habitación del moribundo quedó iluminada por una luz cegadora. Tras ese repentino fenómeno, Beethoven abrió los ojos, levantó la mano derecha, con el puño cerrado, y una expresión amenazadora, como si tratara de decir: “¡Potencias hostiles, os desafío! ¡Marchaos! ¡Dios está conmigo!” o como si estuviera dispuesto a gritar, cual un jefe valeroso a sus tropas “¡Valor, soldados! ¡Confianza! ¡La victoria es nuestra!”. Cuando dejó caer de nuevo la mano sobre la cama, los ojos estaban ya cerrados. Yo le sostenía la cabeza con mi mano derecha, mientras mi izquierda reposaba sobre su pecho. Ya no pude sentir el hálito de su respiración; el corazón había dejado de latir».

Los amantes de la música y los profesionales de la medicina, «la más humana de las ciencias y la más científica de las humanidades»12, celebramos tus 250 años de existencia y estaremos perennemente agradecidos por tu legado como pianista, violinista, organista, compositor, director de orquesta, profesor, idealista y como hombre que superó enormes adversidades para convertirse en genio.

¡Beethoven por siempre!

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ALGO DE SU LEGADO:

En su prolífica trayectoria musical, Beethoven dejó para la posteridad un importante legado: nueve sinfonías, una ópera, dos misas, tres cantatas, treinta y dos sonatas para piano, cinco conciertos para piano, un concierto para violín, un triple concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta, dieciséis cuartetos de cuerda, una gran fuga para cuarteto de cuerda, diez sonatas para violín y piano, cinco sonatas para violonchelo y piano e innumerables oberturas, obras de cámara, series de variaciones, arreglos de canciones populares y bagatelas para piano.

Beethoven compuso nueve sinfonías a lo largo de su trayectoria musical. Entre ellas se destacan la Tercera sinfonía, también llamada en castellano Heroica,e​ en mi♭ mayor, la Quinta sinfonía, en do menor y la Novena sinfonía, en re menor (cuyo cuarto movimiento está basado en la Oda a la Alegría, escrita por Friedrich von Schiller en 1785).

Compuso su Primera sinfonía entre 1799 y 1800, cuando tenía 30 años de edad, y continuó componiendo sinfonías hasta su muerte.

Sonatas para piano y violín

Destacan también las diez sonatas para violín y piano, en especial la Sonata para violín n.º 9 «Kreutzer», Op. 47, conocida por las exigencias que presenta para la parte del violín. Está dedicada a Rodolphe Kreutzer, conocido violinista de la época. Así mismo, la Sonata para violín n.º 5, conocida como Frühling (Primavera) y la Sonata para violín n.º 10 gozan de gran popularidad.

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