FALLECE LOCUTOR TAURINO...
UNO DE LOS MEJORES CON EL MICRÓFONO.
RADICA EN TIJUANA DESDE 1960.
26 de enero de 2025. Baja California.Mira. (13:15hrs).- VALERIANO SALCEDA GIRALDES, nacido en la Ciudad de México en 1931, radicó en Tijuana desde 1960, convirtiéndose en una figura clave del arte del toreo y un querido compañero en el medio. Siempre atento, servicial y muy caballeroso con todo mundo.
Por eso se cree que el mundo taurino está de luto tras la partida de Valeriano Salceda “Giraldés”, una de las voces más respetadas y queridas en la crónica taurina. Nacido en -en el Distrito Federal -hoy, la Ciudad de México- el 4 de abril de 1931, Salceda dedicó su vida a capturar la esencia y el arte del toreo, ganándose el aprecio de los aficionados y el respeto de los profesionales del ruedo.
Desde 1960, “Giraldés” radicó en la ciudad de Tijuana, donde se convirtió en un referente cultural y en una figura clave para la difusión de la tauromaquia en la región.
En particular, colaboró en el canal 12 de Tijuana, donde compartió su profundo conocimiento y pasión por el arte del toreo.
Además de su labor en televisión, Giraldés mantuvo durante años el programa de radio “Sol y Sombra” en Radio Cadena XEBG 1550, el cual continuaba al aire hasta al menos 2021. Su dedicación y estilo único lo convirtieron en una referencia para los aficionados taurinos de la región.
Su estilo apasionado y profundo conocimiento del toreo le permitieron trascender las plazas y llegar al corazón de los lectores, dejando una huella imborrable en las páginas del periodismo especializado.
Salceda no solo destacó como cronista, sino también como un gran amigo y compañero entre sus colegas. Siempre dispuesto a compartir su sabiduría y anécdotas, su carácter afable y su amor por la fiesta brava hicieron de él una figura entrañable para quienes tuvieron el privilegio de conocerlo.
Hoy, el mundo taurino despide a un gigante. Valeriano Salceda “Giraldés” deja un vacío irreparable en la crónica taurina, pero su legado perdurará en cada relato, en cada memoria y en cada corazón que vibró con sus palabras.